La Expedición llevada a cabo por Francisco de Miranda en 1806 tuvo como finalidad, iniciar a partir de Venezuela una serie de acciones destinadas a promover la independencia en la América hispana. Para desarrollar esta empresa Miranda desembarcó en Nueva York el 9 de noviembre del año anterior, procedente de Londres, entrevistándose con notables personajes norteamericanos tales como Thomas Jefferson, James Madison, secretario de Estado; el coronel William Smith, inspector del puerto de Nueva York; Samuel Ogden, armador que comerciaba con Haití y Thomas Lewis, dueño de una importante casa de comercio en Haití y amigo de Alejandro Petión. Como resultado de estas conversaciones Miranda obtuvo los recursos que le permitieron tomar en alquiler un barco de Ogden, al cual bautizó como Leander (en recuerdo de su hijo Leandro), y un bergantín de 180 toneladas, armado con 18 cañones. Tras poner punto todos los preparativos, el 2 de febrero de 1806, zarpó de Nueva York el Leander, capitaneado por Thomas Lewis y con cerca de 200 hombres reclutados en los Estados Unidos. Entre las cosas con las que contaba dicha expedición se encontraban suministros guerra e incluso una imprenta, con la cual se pretendía publicar panfletos y documentos revolucionarios.

El 3 de agosto de 1806 desembarcaron en La Vela de Coro la primera y segunda divisiones, que apoyadas por el fuego de la artillería de los buques, tomando la fortaleza y baterías de dicho puerto. A esto siguió la ocupación de Coro, lo cual se efectuó el día 4 de agosto. En esta ciudad al igual que en La Vela de Coro, izó Miranda la bandera tricolor, solicitó la ayuda de Jamaica, Trinidad y Barbados y trató de ganar la voluntad de los vecinos de Coro y pueblos cercanos, sin conseguirlo. Por tal motivo, ante la indiferencia de los habitantes de Coro y el bloqueo de todas las vías hacia la ciudad por parte de las autoridades realistas, Miranda finalmente tomó la decisión de abandonar el territorio venezolano el 13 de agosto del mismo año. En cuanto a los prisioneros tomados en la acción de Ocumare del 28 de abril, 10 fueron ahorcados el 21 de julio de 1806 en Puerto Cabello; mientras los demás fueron reducidos a prisión en varias fortalezas americanas.

Caracterizada por la exaltación, la mitificación, la fabulación y la fragmentación, como el resto de la historias regionales venezolanas, la coriana o falconiana también como el resto de la producción histórica de las regiones de Venezuela pretende puesto destacado en el máximo hito de la historiografía nacional: la Independencia; de allí la necesidad de justificar la falta de recepción a las proclamas y proyectos del llamado Precursor en 1806, como una especie de vergüenza por los orígenes que marca determinantemente la interpretación de la historia regional.

Manuel Vicente Magallanes ganó en 1966 un concurso del Centro de Historia del Estado Falcón para conmemorar el 160 aniversario del desembarco del Precursor por La Vela de Coro. El trabajo se titula “Miranda. Libertador de Coro”, y en él se señala como causas del fracaso mirandino el hecho de que los habitantes de Coro “eran los más fieles subditos de las autoridades españolas”, además sostiene apoyándose en Gil Fortoul el temor de los criollos de perder su predominio oligárquico ante una acción amparada por Inglaterra para apoderarse de la provincia. Ante la penuria económica de la ciudad, las noticias de la incursión causarían profunda alarma, cuestionando Manuel Vicente Magallanes a Miranda por no haber sabido “ganar adeptos, trazar rumbos, convencer a los reacios. Era indispensable sacar a los pueblos de su secular ignorancia.” Las descripciones que hace el escritor falconiano de La Vela y Coro son muestra evidente de mezcla de creación literaria y narración histórica: “El pueblo estaba desierto. A veces un niño medroso pasaba por las callejuelas. Alguna vieja, mascullando padrenuestros con el rostro cubierto, se escurría en una esquina llevando entre trapos la arepa de maíz pelado para los parientes fugitivos. Perros famélicos desde la playa miraban los barcos y sus aullidos hacían más triste el ambiente. No tañían las campanas de la iglesia. Los rezos se habían tornado exclusivamente domés-ticos. Seguramente se elevaban plegarias pidiendo a los santos alejaran con prontitud aquellos herejes enemigos del Rey, de Dios y de la Religión.”


Por su parte, Diego Nicolás Chirinos aficionado a la Historia, cronista de la sierra coriana en un trabajo de titulo similar al de Magallanes, refiere los hechos heroicos de la ciudad de Coro y de Miranda hasta la invasión de 1806, para apoyándose en autores como Federico Brito Figueroa y Guillermo García Ponce señalar que la intransigencia de la nobleza coriana apegada a sus privilegios y compenetrada con el clero se unió al desconocimiento de Miranda sobre la situación de la región en cuanto a su identificación con la monarquía. Además, la «calumniosa propaganda» había calado en el pueblo, que también lo rechazó. Sin embargo, apunta el autor: “El que se vayan unos pocos no será óbice para que Miranda clave bien alto la antorcha de la libertad en tierra venezolana. La antorcha que vibra de emoción en los colores del glorioso trapo, que mantiene unidos a quienes siguen sus huellas.” Se detiene el autor en una polémica sostenida por varios escritores falconianos en torno al día, hora y lugar del desembarco del Precursor.

Nicolas Maduro Moros presidente de la República Bolivariana de Venezuela se enfrenta a una odisea similar a la de nuestro procer Francisco de Miranda en en Leander; quien en medio de una Guerra económica producto de la injerencia intervencionista de las potencias neoliberales; a fin de generar un cambio de Gobierno por uno servil a sus intereses, donde lamentablemente los ciudadanos no asumen el compromiso de la Democracia Participativa y siguen aspirando a una política de la representatividad donde era uno solo el que tomaba las decisiones importantes del país en representación de todos. Una población doblegada por el terrorismo de una oposición al servicio de las trasnacionales que cree en las creaciones mediaticas y la desinformación de los medios de comunicación privados; una población empobrecida sin el acceso a los productos y servicios, doblegada ante el contrabando de extracción a los paises vecinos, una población con na gran perdida de valores que dio su voto a la agrupación de partidos neoliberales de la más rancia derecha, beneficiandoles con el poder de la Asamblea Nacional lugar desde donde se legisla y se crean las leyes que rigen la vida de todos los ciudadanos.

    Los venezolanos cayeron envueltos en la mas rancia manipulación de quienes solo buscan llenar sus bolsillos con la sangre, sudor y lagrimas de cada hombre, mujeres y niños de esta gran nación y tierra de gracia. Se desmovilizaron, se vendieron, se dejaron contaminar por la ira del hambre que les están haciendo pasar aunado al terror de morir por la falta de medicamentos les hizo votar por la peor de todas las desgracias y miserias humanas, la agrupación autodenominada mesa de la unidad democrática (MUD). Una agrupación revanchista, traidora con un gran historial de torturas y muertes en su haber a favor de los tiranos.


El sufrimiento de las poblaciones vulnerables ha sido apaleado por las Grandes Misiones Sociales, los aumentos del salario mínimo para los trabajadores, la protección del empleo por otro lado con los decretos de inamovilidad laboral pero aún así la mayoría de los venezolanos sigue enrarecido, desorientado y con grandes propensiones a dejarse caer en el infernal torbellino del neoliberalismo neocolonial. Le ha tocado duro al Presidente Maduro y es el momento de hacerse del compromiso histórico de salvar esta Patria de Bolívar de tomar las medidas económicas extraordinarias que sean necesarias y sobre todo desmontar el Estado Burgués único culpable de todas las vicisitudes en las que se encuentra la ciudadania venezsolana en estos momentos bajo el asedio de una Guerra Económica continuada con feroces ataques de 4ta Generación.


Maduro es una siembra de amor dejada por nuestro comandante Hugo Chavez, el primer presidente Chavista-Obrero de la Historia Democrática de nuestro País. Es hora de comprometernos, es hora de asumir el compromiso por el país. De nosotros depende el presente y el futuro.



LS