Y dijo el Patrono:
“También yo soy trabajador”
Y dijo el Trabajador:
“Pero no eres Trabajador”
A menudo las definiciones de las clases sociales, por parte de diferentes individualidades de la población, presentan un carácter por demás conveniente. Al comienzo de la implantación de la tan cacareada “democracia representativa”, por ejemplo, la oligarquía internacional se desvivía por demostrar que estaba naciendo la verdadera partera y futura rectora de los cambios sociales en el mundo: la mal llamada “clase medi
a”. Se vinculaba de esa manera y muy convenientemente a un estrato de personas, trabajadoras pero desclasadas, con la clase social que debía estar destinada a convertirse en la sepulturera del capitalismo. ¿Qué sucedió entonces? Lo que la burguesía había planificado: con los cañones de sus medios de comunicación - mejor dicho, de deformación – disparando contra las mentes de los obreros y trabajadores en general, la caballería de la “clase media” mezclándose con ellos y la brutal represión de sus “fuerzas del orden”, lograron dividirlos considerablemente. Ya para finales de los años ’70, la ideología de la clase obrera había “migrado” de las mentes de los pocos trabajadores que la habían comenzado a abrazar, para desplazarse entre las miasmas de las creencias y desvaríos de la “clase media”. Muchos sindicatos se convirtieron en simples gestorías de reivindicaciones economicistas, de las cuales obscenamente se aprovecharon muchos dirigentes sindicales inescrupulosos (¡Y aún algunos lo hacen!). Los Trabajadores sólo estaban pendientes de la ganancia y muchos de ellos sencillamente se vendían al mejor postor. Las mentes de los Trabajadores verdaderos había sido trabajada por otros “Trabajadores”: los especialistas de la deformación social al servicio de la burguesía.
Entonces, ¿de cual ideología de la clase obrera podemos hablar hoy en día? ¿Cuál de los sindicatos, o partidos políticos, u organización social alguna, al margen de las luchas economicistas, desarrolla una sincera e intensa educación de los Trabajadores y, especialmente, de la Clase Obrera para mostrarle cuál y cómo es su ideología? ¿Dónde está la Clase Obrera organizada, que se apropiará de esta Revolución y la hará su objetivo de vida, su instrumento de lucha por un mañana luminoso para su Patria? ¿Cuál de los sindicatos de las empresas del Estado, por ejemplo, motiva a sus agremiados a estudiar los planes de su Empresa y superar las metas del año anterior? ¿Quién de los dirigentes sindicales propone una sana competencia entre empresas del Estado para superar las metas que plantea nuestro Gobierno Revolucionario? ¿Dónde están los trabajos voluntarios? Por ejemplo, ¿por qué no se propone realizar, al menos, una jornada voluntaria de mantenimiento de una escuela, o un hospital, o un comedor popular, o una calle de un barrio? ¿Es muy difícil eso? ¿O nuestros sindicatos de izquierda sólo luchan por la plata? Por supuesto, para poder hacer tal tipo de actividades se requiere que haya conciencia política e ideológica. ¡Conciencia de Clase, que entiende que su mañana verdadero es el Socialismo!
Y, en materia política, la cosa no está nada mejor. Por ejemplo, ¿cuántas movilizaciones ha realizado nuestra Clase Obrera para confrontar las claras agresiones del imperialismo contra nuestra Patria, contra la Revolución Venezolana? ¿O, aunque sea, para defender al País de las amenazas que se ciernen sobre él? ¿Dónde están las manifestaciones de internacionalismo proletario contra las terribles agresiones gringas contra los Pueblos Árabes? Si nuestra Clase Obrera no protesta contra los desmanes de los criminales gringos y de la OTAN, es como si estuviése de acuerdo con ellos. ¿Por qué no manifestamos cuando se organizan golpes de estado en América Latina? Si no lo hacemos, significa que nadie los está denunciando, es decir, los estamos aceptando. ¿Por qué callamos ante la canallada gringa en Guantánamo? ¿Dónde escribimos contra eso? ¿Dónde gritamos a todo pulmón: ¡Fuera la canalla gringa de Guantánamo!? Antes los Trabajadores italianos, por ejemplo, guiados por sus Partidos progresistas organizaban intensas y muy combativas manifestaciones contra la guerra, por la paz, por los derechos de los Trabajadores y de los Pueblos. ¿O se nos olvidó Vietnam? Ahora las protestas son de los estudiantes y la gente indignada… contra SU PROPIA inseguridad económica. ¿Dónde están las protestas contra la matanza de gente inocente en Irak, Libia, Congo? ¿Quién se manifiesta en contra del bloqueo a Cuba? ¿Sólo los Gobiernos? ¿Y los Trabajadores Organizados? ¿O los irakíes, los libios, los congoleses, los cubanos no merecen nuestra solidaridad? ¿No son también Pueblo? ¿Por qué no organizamos trabajos voluntarios por Haití? Yo recuerdo que en la URSS organizaban trabajos voluntarios en favor de… ¡la lucha en América Latina!
Alguien me dirá: “¡Bueno! Nosotros hicimos una movilización tal día en la Avenida Bolívar”. Y, con eso, se sentirá satisfecho(a) de haber respondido a este planteamiento. Una forma de no reconocer lo que a leguas se ve: nuestra poca iniciativa ideológica y política ante los avances del enemigo, de la burguesía organizada. ¿Se lo vamos a dejar todo al Presidente Chávez? ¿O asumiremos nuestra lucha, a diario y permanentemente, por nuestro destino?
Todas estas manifestaciones serían una muy productiva forma de educarnos, Obreros y Trabajadores en general, en el Internacionalismo Proletario, en la extrema importancia de la paz entre los Pueblos y en la determinación de quién es el verdadero enemigo de los Pueblos: el imperialismo, el capitalismo, las transnacionales, las guerras, las dictaduras, los gobiernos represores. ¿O pensamos que la educación política de nuestra Clase Obrera sólo se puede dar con los libros?
Despertemos de este letargo. La Revolución Proletaria sólo será Socialista cuando los Trabajadores Venezolanos asuman el Socialismo en sus mentes, cuando se rescaten a sí mismos de la influencia de la ideología burguesa. Avancemos en esa tarea. No perdamos tiempo: el mañana es hoy. El Socialismo se construye todos los días y a cada hora.
TRABAJADOR VENEZOLANO: LA PATRIA Y SU SOCIALISMO TE PERTENECEN, SERÁN TU CREACIÓN. ¡ASÚMELOS!
“También yo soy trabajador”
Y dijo el Trabajador:
“Pero no eres Trabajador”
A menudo las definiciones de las clases sociales, por parte de diferentes individualidades de la población, presentan un carácter por demás conveniente. Al comienzo de la implantación de la tan cacareada “democracia representativa”, por ejemplo, la oligarquía internacional se desvivía por demostrar que estaba naciendo la verdadera partera y futura rectora de los cambios sociales en el mundo: la mal llamada “clase medi
a”. Se vinculaba de esa manera y muy convenientemente a un estrato de personas, trabajadoras pero desclasadas, con la clase social que debía estar destinada a convertirse en la sepulturera del capitalismo. ¿Qué sucedió entonces? Lo que la burguesía había planificado: con los cañones de sus medios de comunicación - mejor dicho, de deformación – disparando contra las mentes de los obreros y trabajadores en general, la caballería de la “clase media” mezclándose con ellos y la brutal represión de sus “fuerzas del orden”, lograron dividirlos considerablemente. Ya para finales de los años ’70, la ideología de la clase obrera había “migrado” de las mentes de los pocos trabajadores que la habían comenzado a abrazar, para desplazarse entre las miasmas de las creencias y desvaríos de la “clase media”. Muchos sindicatos se convirtieron en simples gestorías de reivindicaciones economicistas, de las cuales obscenamente se aprovecharon muchos dirigentes sindicales inescrupulosos (¡Y aún algunos lo hacen!). Los Trabajadores sólo estaban pendientes de la ganancia y muchos de ellos sencillamente se vendían al mejor postor. Las mentes de los Trabajadores verdaderos había sido trabajada por otros “Trabajadores”: los especialistas de la deformación social al servicio de la burguesía.
Entonces, ¿de cual ideología de la clase obrera podemos hablar hoy en día? ¿Cuál de los sindicatos, o partidos políticos, u organización social alguna, al margen de las luchas economicistas, desarrolla una sincera e intensa educación de los Trabajadores y, especialmente, de la Clase Obrera para mostrarle cuál y cómo es su ideología? ¿Dónde está la Clase Obrera organizada, que se apropiará de esta Revolución y la hará su objetivo de vida, su instrumento de lucha por un mañana luminoso para su Patria? ¿Cuál de los sindicatos de las empresas del Estado, por ejemplo, motiva a sus agremiados a estudiar los planes de su Empresa y superar las metas del año anterior? ¿Quién de los dirigentes sindicales propone una sana competencia entre empresas del Estado para superar las metas que plantea nuestro Gobierno Revolucionario? ¿Dónde están los trabajos voluntarios? Por ejemplo, ¿por qué no se propone realizar, al menos, una jornada voluntaria de mantenimiento de una escuela, o un hospital, o un comedor popular, o una calle de un barrio? ¿Es muy difícil eso? ¿O nuestros sindicatos de izquierda sólo luchan por la plata? Por supuesto, para poder hacer tal tipo de actividades se requiere que haya conciencia política e ideológica. ¡Conciencia de Clase, que entiende que su mañana verdadero es el Socialismo!
Y, en materia política, la cosa no está nada mejor. Por ejemplo, ¿cuántas movilizaciones ha realizado nuestra Clase Obrera para confrontar las claras agresiones del imperialismo contra nuestra Patria, contra la Revolución Venezolana? ¿O, aunque sea, para defender al País de las amenazas que se ciernen sobre él? ¿Dónde están las manifestaciones de internacionalismo proletario contra las terribles agresiones gringas contra los Pueblos Árabes? Si nuestra Clase Obrera no protesta contra los desmanes de los criminales gringos y de la OTAN, es como si estuviése de acuerdo con ellos. ¿Por qué no manifestamos cuando se organizan golpes de estado en América Latina? Si no lo hacemos, significa que nadie los está denunciando, es decir, los estamos aceptando. ¿Por qué callamos ante la canallada gringa en Guantánamo? ¿Dónde escribimos contra eso? ¿Dónde gritamos a todo pulmón: ¡Fuera la canalla gringa de Guantánamo!? Antes los Trabajadores italianos, por ejemplo, guiados por sus Partidos progresistas organizaban intensas y muy combativas manifestaciones contra la guerra, por la paz, por los derechos de los Trabajadores y de los Pueblos. ¿O se nos olvidó Vietnam? Ahora las protestas son de los estudiantes y la gente indignada… contra SU PROPIA inseguridad económica. ¿Dónde están las protestas contra la matanza de gente inocente en Irak, Libia, Congo? ¿Quién se manifiesta en contra del bloqueo a Cuba? ¿Sólo los Gobiernos? ¿Y los Trabajadores Organizados? ¿O los irakíes, los libios, los congoleses, los cubanos no merecen nuestra solidaridad? ¿No son también Pueblo? ¿Por qué no organizamos trabajos voluntarios por Haití? Yo recuerdo que en la URSS organizaban trabajos voluntarios en favor de… ¡la lucha en América Latina!
Alguien me dirá: “¡Bueno! Nosotros hicimos una movilización tal día en la Avenida Bolívar”. Y, con eso, se sentirá satisfecho(a) de haber respondido a este planteamiento. Una forma de no reconocer lo que a leguas se ve: nuestra poca iniciativa ideológica y política ante los avances del enemigo, de la burguesía organizada. ¿Se lo vamos a dejar todo al Presidente Chávez? ¿O asumiremos nuestra lucha, a diario y permanentemente, por nuestro destino?
Todas estas manifestaciones serían una muy productiva forma de educarnos, Obreros y Trabajadores en general, en el Internacionalismo Proletario, en la extrema importancia de la paz entre los Pueblos y en la determinación de quién es el verdadero enemigo de los Pueblos: el imperialismo, el capitalismo, las transnacionales, las guerras, las dictaduras, los gobiernos represores. ¿O pensamos que la educación política de nuestra Clase Obrera sólo se puede dar con los libros?
Despertemos de este letargo. La Revolución Proletaria sólo será Socialista cuando los Trabajadores Venezolanos asuman el Socialismo en sus mentes, cuando se rescaten a sí mismos de la influencia de la ideología burguesa. Avancemos en esa tarea. No perdamos tiempo: el mañana es hoy. El Socialismo se construye todos los días y a cada hora.
TRABAJADOR VENEZOLANO: LA PATRIA Y SU SOCIALISMO TE PERTENECEN, SERÁN TU CREACIÓN. ¡ASÚMELOS!