Los mentalizadores y sus mercenarios ejecutores de la guerra mediática para empezar, tienen una víctima preferida, Hugo Chávez, porque es el más antiguo y consolidado líder en ejercicio del independentismo integracionista del continente,: luego vendrán Evo Morales, Rafael Correa, Daniel Ortega, Manuel Zelaya y los que se vayan proclamando revolucionarios, afines a las ideas bolivarianas, martianas, alfaristas, que no fueron socialistas a su tiempo, porque el socialismo no se había conceptualizado y sistematizado, pero eran ideas volcadas a la justicia social, a la equidad, a la dignidad, a la soberanía, a la solidaridad para con los pobres, que son las identidades del socialismo contemporáneo.
Esos payasos ideólogos de la guerra mediática estuvieron hace unas semanas atacando con delirio a Chávez porque, con la verticalidad y transparencia que lo caracteriza, habló de los ”vientos de guerra” denunciando la instalación de 7 bases militares en Colombia, cuyo gobierno ya demostró en Angostura, territorio ecuatoriano, que se atribuía, por sí y ante sí, el derecho a bombardear otros países, violando, irrespetando, todos los convenios internacionales.
A los generales y coroneles de esta sucia guerra los conocemos y los tenemos identificados: Son los pelucones internacionales acongojados, asustados, aterrados, porque no encuentran las armas y los proyectiles que sean eficaces si no para derrotar el proceso revolucionario latinoamericano, que utiliza voto en las urnas y no fusiles, aunque sea para detenerlo y no dan patada con pelota o, delicadamente, pie con bola.
Contra Chávez los pelucones venezolanos, con la ayuda antes de Bush y permanentemente de la CIA, han ensayado todo, hasta el golpe de estado y han fracasado, pues el pueblo de la patria de Bolívar, que es el dueño de su destino, sigue apoyando mayoritariamente a su líder revolucionario.
¿Y quiénes son los soldados, la carne de cañón, los guarichos que salen por encargo de Uribe a vituperar a Hugo Chávez por el delito de dar buen ejemplo a los gobernantes del mundo?: unas decenas de mentecatos, unos centenares de mercenarios acarreadores de unos miles de fanáticos que no son capaces de distinguir a sus propios verdugos.
Pero aún así el fracaso es cierto, como lo reconoce hasta la CNN que fue parte del conjunto de medios que promovieron esta farsa contra Chávez.
Antes, la víctima por 40 años de esa infame guerra mediática, fue el Comandante Fidel Castro, acusado de todo pero nunca derrotado, con más de 100 atentados contra su vida y con una historia que hace mucho rato lo absolvió por el supuesto delito de haber asaltado el Cuartel Moncada, el campanazo que despertó y sigue despertando a los pueblos marginados y humillados del continente, que seguirán encontrando los triíllos y chaquiñanes, los caminos y avenidas, por donde hacer avanzar el indetenible proceso revolucionario.
En Quito la convocatoria de un coronelucho traidor, que disfruta recordando el bombardeo uribista y yanqui en Angostura, pese al apoyo descarado de la televisión y prensa pelucona se llenó de vergüenza, no sólo por la cantidad sino por la calidad de los convocados.
Es triste y nauseabundo ser un apátrida uribista sin vergüenza, pero no se puede llegar a exhibir la miseria humana de sustituir su odio contra Correa para perder la mínima estima nacional, y entregarla al internacionalismo de la indignidad, mientras Chávez sigue campante con el respaldo mayoritario de su insobornable pueblo venezolano.-