Los traficantes del mercado de café de Colombia, se especializaron en aromatizar y mezcla aromatizante a la colombiana granos de Nicaragua, Guatemala, Ecuador, Brasil, etc, ya que salen más baratos en costos de insumos, transporte, combustible, etc, pues, en Colombia, eso de que van a competir en diferentes mercados es puro cuento chino, si la base de la competencia económica se fundamenta en los costos señalados. La Federación de Cafeteros, al mejor estilo de los gitanos que venden caballos, burros y animales con defectos de dentadura, enfermedades, fracturas, hernias, etc, que ocultan con argucias e ingeniosos trucos de la tribu milenaria y nómada, en el mismo sentido, lo que hacen estos cafeteros marrulleros es aromatizar como Café de Colombia granos cosechados en otros países latinoamericanos como los antes nombrados, aclarando que el pequeño parcelero cafilcultor no está en esa colada de la marrulla aromatizante. La aplicación de aroma y mezclas aromatizantes de granos foráneos para venderlos como granos cosechados en la región cafetera colombiana, es un ataque económico a los caficultores que no se benefician de esas prácticas, pues, quedan totalmente sustraídos de la posibilidad de redistribución de ganancias.
QUIENES SALEN PERJUDICADOS?
En principio, los consumidores que son engañados por la gitanada de los Cafeteros traficantes con el mercado del grano, sin control del Estado Colombiano en esa práctica de aromatizar granos como Café de Colombia cuando en la realidad no es colombiano, pues, el APÁTRIDA NEGOCIO está en haberse especializado en concentrar el aroma del Café Colombiano, es decir, a ellos no les interesa la cosecha, si no la planta y el laboratorio químico para producir la esencia o aroma del Café Colombiano y la mezcla aromatizante, como si se tratara de producir aromas frutales para batir kumis y hacer yougurt de diferentes sabores que de fruta no tiene absolutamente nada ya que el sabor se lo suministra la porción de la esencia respectiva, y en eso SE PARECEN A LOS GITANOS HACIENDO NEGOCIOS EN PLAZAS DE MERCADO DE PUEBLO, lo que resulta en un engaño de los consumidores del Café Colombiano en los EE UU Y EUROPA, que piensan que están tomando Café Colombiano, cuando en la realidad estarían tomando Café de Centro América aromatizado a la colombiana, jugada gitanesca de los tostadores apátridas que engañan y engañan a los consumidores internacionales, pues, en el caso de los campesinos colombianos, esos cogen de la huerta cafetera, lo tuestan en una paila hecha en Ráquira, Boyacá y listo, se toman el tinto. Las mafias del Café Colombiano, son capaces de adquirir un caballo, pintarle rayas y venderlo como cebra.
Pero, los gravemente perjudicados son los caficultores o cultivadores del grano, que van viendo como se reduce el mercado, ya que los de la Federación patentizaron clandestinamente su marrullería de aromatizar y mezcla aromatizante de granos de otros países, y el Gobierno Fascista de Uribe debe estar de carcajada con semejante jugarreta gitanesca que atenta contra los campesinos caficultores que producen café, ese si realmente colombiano, pero que con su nombre juegan a beneficio de las mafias que se inventaron el injerto de aromatizar granos foráneos.
El anuncio de la caída en la cosecha cafetera publicada en la Web de Caracol (http://www.caracol. com.co/nota. aspx?id=884265), esconde el efecto de la aromatización y mezcla aromatizante de granos foráneos, y en ese sentido, debe hacerse un estudio desde los años 50s hasta la fecha, para verificar cual ha sido el comportamiento de la producción, y en que momento se cayó la cosecha por efecto de la aromatización de granos foráneos, que nadie plantea esa problemática, pero es más grave que cualquier helada climática, pues, el caficultor le toca arrumar sus herramientas ante un enemigo silencioso como es la aromatización de especies foráneas.
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