Dr. Marco Villaruel A.
Nadie alcanza a entender a ciencia cierta la razón que tuvo el gobierno de Rafael Correa, a través de su Ministra de Salud, Carolina Chang, para haber revocado la personería jurídica de la organización no gubernamental Acción Ecológica.
Llama la atención el peregrino pretexto esgrimido por la funcionaria al expresar que la inscripción como ONG en el Ministerio de Salud no le facultaba para realizar acciones de protección ambiental.
En esto la Ministra se equivoca porque según han expresado las personas que dirigen Acción Ecológica, hace más de veinte años, cuando las ONGs ambientalistas querían registrarse, lo hacían en el Ministerio de Salud, porque estaba de moda ver el tema ecológico-ambiental como un aspecto de salud humana y por tanto debían ser los médicos del Ministerio de Salud los que expedían las respectivas autorizaciones.
Pero los tiempos han cambiado. Las organizaciones no gubernamentales se han extendido mucho e incluso algunas sirven a muchos intereses religiosos, económicos, educativos de países más avanzados económicamente.
Ciertamente que tras la fachada de organización no gubernamental se han producido muchos acontecimientos ilegales, pero también es cierto que el inicio del combate contra algunas de ellas ha iniciado con la malhadada ilegalización de Acción Ecológica.
Hemos trabajado con esa institución y hemos reconocido un gran sentido de solidaridad y compromiso con los problemas ecológicos y ambientales del Ecuador. Ya son dos o tres generaciones de jóvenes que han visto la valentía y el alto grado de preparación técnica y científica de sus funcionarios, al contrario de tantas oficinas ecologistas que nada o bien poco han hecho por los problemas de contaminación, depredación, eliminación de la población animal que existen en nuestro país.
Muchas veces sus activistas han sido reprimidos por haber llevado a extremos de peligro real su compromiso por el agua, los árboles, o por haber criticado con valentía a las empresas explotadoras del petróleo en la región amazónica.
No ha sido así el panorama de otras ONGs, que han servido para cualquier cosa menos para lo que fueron creadas. Entre ellas están algunas de carácter religioso que han sido acusadas por las propias autoridades nacionales de haber especulado con el dinero cuando se produjo la dolarización.
Este es un nuevo acto irreflexivo de fuerza que proviene de las altas esferas gubernamentales y lo que es más grave, se arremete contra Acción Ecológica cuando ésta se había puesto a la cabeza de la oposición al proyecto estatal minero. Más grave aún, Acción Ecológica había apoyado seriamente al gobierno de Correa cuando se inició el juicio contra el gobierno colombiano por la contaminación del campo por arte del gobierno colombiano.
El Parlamento Europeo y el Premio Nóbel de la Paz , Adolfo Pérez Esquivel se han pronunciado contra la medida, y Eduardo Galeano, legendario escritor uruguayo también ha hecho pública la denuncia contra este hecho arbitrario.
Esperamos la misma mano dura pero con las ONGs que no tienen claro su financiamiento y han servido de fachada para muchas cosas, incluso de espionaje. Allí están en Quito, Guayaquil y tantas ciudades, que no rinden cuentas a nadie, incluso manejando fondos o propiedades públicas. En tono agresivo el Presidente Correa ha defendido esta medida, pero a todas luces está que es haberse puesto otra piedra en el zapato, v a ser muy difícil justificar esta deplorable acción que además tendrá un notable peso político, incluso en estas elecciones.
Las actitudes irreflexivas tienen un gran costo político tal como ocurrió con el caso de la anulación de las inmunidades y privilegios a la Asociación Latinoamericano de Derechos Humanos, ALDHU, que fue otro dislate que no arregló nada de nada.
Mientras tanto los grandes problemas y los grandes enemigos de la sociedad y del pueblo campean.