EEUU acelera la fase militar del Plan Colombia
Tras la aprobación de la implantación de cinco bases norteamericanas en EEUU se incrementará el númer de efectivos militares tanto estadounidenses como colombianos.


Informes indican que antes de fin de mes, EEUU acordará con el gobierno colombiano en Bogotá un acuerdo mediante el cual se distribuirán tropas norteamericanas en, por lo menos, siete bases del país andino. El ministro de Defensa, el general Freddy Padilla anunció que el acuerdo tendrá una duración inicial de 10 años. La principal instalación militar es Palanquero, apenas a 100 kilómetros de Bogotá, a orillas del río Magdalena. Las tropas norteamericanas también operarán desde la base de Apiay en los llanos orientales de Colombia así como en Barranquilla, en la base Alberto Puowels, en la costa del Caribe.
El acuerdo militar entre los dos países incluye un incremento de visitas de naves de guerra norteamericanas a los puertos de Málaga, en el Pacífico, y Cartagena, en el Caribe. Los voceros militares colombianos señalan que los nuevos arreglos le permitirá a EEUU reemplazar la base que opera en Manta, instalada en el norte de Ecuador. Washington tiene un total de 220 efectivos que hacían 8 vuelos diarios. Manta ha servido para identificar barcos y aviones sobre el espacio aéreo de Colombia y otros países de la región.
El acuerdo que permitirá a EEUU ocupar a Colombia por diez años, también extendería el pacto actual para incrementar la presencia de hasta 1400 soldados y contratistas militares estadounidenses en territorio colombiano.
La base de Palanquero se abrió a operaciones norteamericanas en abril de 2008. En 1998 un helicóptero que operaba desde Palanquero bombardeó a una comunidad al norte de Bogotá matando a 17 personas. El incidente fue encubierto hasta que los grupos de defensa de los derechos humanos obligaron al gobierno de Bogotá a admitir la responsabilidad de las Fuerzas Armadas colombianas en la masacre.
En la capital norteamericana, el Congreso está a punto de aprobar una partida para invertir 46 millones de dólares en la ampliación de Palanquero. En la actualidad, Palanquero cuenta con una pista aérea de 3500 metros de longitud, dos hangares y aloja la división más importante de la Fuerza Aérea colombiana.
La embajada de EEUU en Bogotá se niega a hacer declaraciones. El embajador William Brownfield señaló hace poco que EEUU no invertiría en la construcción de nuevas bases. Al contrario, dijo, su país sólo hará uso y modernizará las instalaciones ya existentes en Colombia. Brownfield era embajador de EEUU en Venezuela en 2002 cuando la conspiración para derrocar al presidente Hugo Chávez fracasó. Washington no negó su participación en ese golpe frustrado por el pueblo venezolano.
Colombia actualmente es el país más comprometido con las políticas norteamericanas de "contención" en América del Sur. Sus vecinos inmediatos, Venezuela y Ecuador, han sido objeto de constantes provocaciones tanto por Bogotá como por Washington. El incremento significativo de militares norteamericanos en Colombia creará aún más tensiones entre los países de la región con Bogotá. Según declaraciones de un militar colombiano a una agencia de noticias de EEUU, el Pentágono (Departamento de Defensa) pretende convertir a Colombia en un hub ("centro de operaciones") para sus operaciones militares. Quienes se oponen en el Congreso de EEUU a la ampliación de la presencia de su país en Colombia están preocupados por los efectos que tendrá esta política intervensionista en la región. Además, a EEUU no le conviene, dicen, comprometerse más en los conflictos internos de Colombia.
El escenario colombiano se asemeja mucho al Vietnam de hace 40 años cuando EEUU desplegó tropas en ese país para luego atacar a los países vecinos de Indochina (Laos y Camboya). En este caso, EEUU podría estar pensando en Venezuela y Ecuador, de paso repetir una invasión-castigo a Panamá.
A pesar del hermetismo, el documento oficial del Pentágono, "Estrategia hacia una ruta global" ofrece algunas pistas sobre las intenciones de EEUU. El documento fue presentado en abril de 2009 en la base aérea de Maxwell, en Alabama, EEUU. El documento señala que Palanquero puede servir como una "base para la seguridad cooperativa" desde donde se podrían "ejecutar operaciones móviles". En otras palabras, se convertiría en una plataforma para realizar operaciones militares en la región. Según el mismo documento, "la mitad del continente puede ser cubierto desde Palanquero por un transporte militar C-17 sin tener que reabastecerse".
Tanto el senador opositor colombiano, Gustavo Petro, quien calificó este plan como "una violación de la soberanía", como el candidato a la Presidencia, Rafael Pardo, se oponen a los planes de Bogotá y Washington. Pardo, que está en campaña para las elecciones de 2010, se queja del secretismo y la naturaleza provocativa de una presencia militar de EEUU en Colombia. Según Petro, "lo que busca el acuerdo es tener tropas norteamericanas en Colombia. Un país soberano debe respetarse por el hecho de que sólo las tropas colombianas son las que tienen derecho a estar en Colombia".
El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, quien viajo a Washington para defender el proyecto en una Comisión del Senado de ese país, aseguró que las operaciones militares de EEUU no penetrarían el territorio de otros países sin el permiso correspondiente. "Se trata de un acuerdo entre Bogotá y Washington que cubre sólo territorio colombiano". El presidente colombiano, Alvaro Uribe, ha declarado muchas veces que sus tropas cruzarían todas fronteras para defender su país. Así lo han hecho en múltiples ocasiones en Venezuela, Ecuador y Panamá. Las declaraciones de Bermúdez parecen no coincidir con la historia reciente de agresiones colombianas en los países vecinos.
En la actualidad, EEUU mantiene alrededor de 600 efectivos y contratistas militares en Colombia. Los "asesores" norteamericanos están incrustados en las divisiones del Ejército colombiano, tienen sus propias oficinas y han entrenado a miles de oficiales desde 2000.

12 de julio de 2009, 11h57 --


Londres, 12 jul (EFE).- Latoya Jackson es la portada hoy de dos de los principales rotativos sensacionalistas británicos, el "News of the World" y "The Mail on Sunday", que ofrecen sendas entrevistas en las que la hermana del "rey del pop" asegura que Jacko fue asesinado y que ella sabe quiénes son los asesinos.


En el "News of the World", que titula a toda página "Sé quien asesinó a mi Michael", Latoya afirma que son varias las personas responsables de la desaparición de su hermano y que la razón fue "una conspiración para hacerse con el dinero de Michael".


Sus declaraciones se conocen dos días después de que el jefe de la policía de Los Ángeles admitiera que el asesinato era una de las líneas de investigación, algo sobre lo que Latoya no tiene dudas.


"Hubo una conspiración. Creo que fue todo por el dinero. Michael valía más de 1.000 millones de dólares en activos por derechos de difusión musical y alguien lo mató por eso. Valía más muerto que vivo", dice la hermana mayor del cantante, que no da nombres en ningún momento acerca de quiénes pueden ser los asesinos.


Latoya asegura que ese "grupo de personas" robaron 2 millones de dólares en efectivo y numerosas joyas de la casa de su hermano, que le engancharon a las drogas, que le aislaron de su familia y amigos "para que se sintiera solo y vulnerable", y que le obligaron a trabajar "hasta la extenuación" para seguir ganando dinero.


Michael, según el testimonio de Latoya, no quería dar la serie de 50 conciertos que debían haber comenzado este lunes en Londres.


"Hace menos de un mes, yo dije que pensaba que Michael iba a morir antes de las actuaciones de Londres porque estaba rodeado de gente que no albergaba las mejores intenciones en su corazón", dice Latoya, que define a su hermano como una persona "muy dócil, callada y cariñosa, de la que la gente se aprovechaba".


"Nunca creí que Michael viviera hasta ser un hombre anciano", señala la entrevistada, convencida de que Michael Jackson era "la persona más sola del mundo" y de que "antes o después le iba a ocurrir algo terrible".


En las entrevistas revela otros detalles, como que el cantante no murió en su cama, sino en la del médico que vivía con el, Conrad Murray, al que acusa de desaparecer del hospital al que fue trasladado el cantante cuando ella empezó a hacerle preguntas.


"Se limitó a mascullar algo y me dijo algo así como 'Michael no lo hizo, lo siento'. Algo no estaba bien. Me pareció extraño", dice.


Latoya asegura que ella fue quien insistió en que se le hiciera una segunda autopsia al cadáver después de ver que "tenía marcas de pinchazos en el cuello y en los brazos", y anticipó que conocer los resultados finales "será un shock" para todo el mundo.


También afirma que espera que se encuentre un testamento de su hermano posterior al de 2002, en el que Michael Jackson expresa su deseo de que sus hijos vivan con Diana Ross, y que "las historias de que su corazón fue sacado (durante la autopsia) no son verdad".


Sobre el futuro de los hijos del "rey del pop", Latoya declara que nunca dejará que vayan a vivir con su madre biológica, Debbie Rowe, a la que acusa de formar parte del tipo de personas que "estuvo junto a Michael sólo porque le interesaba su dinero".


Latoya confía en que los niños sigan con los Jackson y ofrece algunos detalles de cómo reaccionaron a la muerte de su padre.


Según su relato, los niños no pararon de llorar hasta que pudieron pasar 30 minutos junto al cuerpo de su padre y se pudieron despedir de él.


Paris le colocó un collar alrededor de una de sus manos, tras lo cual, según Latoya, "dijo que habían hecho trabajar a papá demasiado duro".

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